sábado, 14 de junio de 2008

SUAVE-MEN-TE. La intensidad del lenguaje.

"Suave-menteun-po-code-mítie-nes"
Ely Guerra, ¿Por qué tendría que llorar por ti?


En los 70´s Julia Kristeva lanza la idea de que, el lenguaje femenino, entendido y deconstruido desde un vínculo entre lo materno, lo poético y lo semiótico, podría ser la posibilidad que desarme al lenguaje patriarcal. Claro está, trabajar ese vínculo femenino-materno nunca ha rendido frutos pues estariamos esencializando a la maternidad como esa característica inherente a seres con determinados genitales y también, por que no, utilizando al sujeto mujeres como incubadoras -si ya se que dirán, tu nunca entenderás el milagro de la maternidad- sin embargo, creo que lo femenino va mas allá de lo mujeril, tiene un vínculo muy fuerte con lo abyecto, y si creo en cierta manera en la hipótesis de Kristeva de que, el lenguaje poético deconstruye al patriarcal.


Muestra de ello es mi biblioteca musical que se encuentra plagada de música de Ely Guerra, es que como dejar de escucharla, brincar, vibrar y sentir junto con ella; acompasar las emociones que sus canciones hacen explotar y que, adecuan el lenguaje al servicio de estas, las emociones y ya no de el mensaje, es decir, el mensaje mismo porta la emoción, la sensación de sentir, la agrupación de la lengua en nuevas sílabas, palabras que se unen formando un sentido nuevo, el sentido del incosnciente, el lenguaje se vuelve una melodía plagada de emociones.


Con un pa-ra-ti conforma esa linealidad de sentimiento acción, la dirección en que vamos hacia la persona, con un Yesque-ten-go-frí-oal-me-diodía-yesque-damie-does-quelas-tima la intención deja entrever como la emoción dicta la construcción de la lengua, como el sentimiento permea la sensación. El entendimiento del lenguaje en Ely Guerra es parte de apreciar el cuerpo como un texto susceptible de ser leído, entendido y reescrito en sus propios términos.
Atte.
Performativo Decadente

2 comentarios:

Rita Jardcor dijo...

y debe ser aún más chido en concierto, porque le cede su canto al público y se lanza a él, osea que además como discurso se entrega y cede su voz

Iván Vázquez dijo...

Asi es, el lenguaje del cuerpo siempre es el mejor de todos. Lo que se omite y significa, lo que se pronuncia y se invoca. En mediad que nos nombramos, comenzamos a existir y en medida que nos tocan nuestro cuerpo se dibuja claro incluso en la noche mas espesa.